Su nombre es Lesley Lawson, pero el mundo la conoció como Twiggy. Este año ella está de celebración doble. Primero, porque se recuerda el lanzamiento, hace cuarenta y cinco años, de la minifalda. Y la londinense fue su protagonista en un desfile organizado por la diseñadora Mary Quant, responsable de haberles subido, en 1964, veinte centímetros a los vestidos de la época. Con tal acontecimiento se decretaba el reinado de las supermodelos. La chica, de sólo un metro sesenta y siete centímetros, se convirtió en la pionera de esa monarquía. Y segundo, porque para 2009, la modelo adolescente -en ese entonces no alcanzaba los quince años-, cumple sesenta de vida. Twiggy pasó a ser el icono de un modo de lucir la moda. Una condición que mantiene, a pesar de haber ganado una cantidad de kilos no aceptada por pasarela alguna. Tal cual se vio -fue jueza de varias temporadas- en America's Next Top Model, el reality show conducido por la modelo Tyra Banks.
Opuesta a ser sólo la niñita de pelo corto, rubio, engominado y con la raya a un lado, dijo: "Nada de lo que hice y de lo que vaya a hacer desde ahora logrará que me vuelva más famosa de lo que fui en los años sesenta, cuando era la muchachita de las pestañas grandes y las lentejuelas. Cuando tenga 85 años y la gente escuche mi nombre, esa será la imagen que cualquiera tendrá de inmediato acerca de mí".
Existen seis libros sobre ella, ha participado en una decena de películas y ha sido considerada estrella en más de veinte programas de televisión en Europa y Estados Unidos. Pero Twiggy, como ella misma lo sentenciara, no podrá desprenderse del efecto de aquel verano cuando entró al mundo del fashion. Pensaba que sólo sería una travesura infantil, porque sabía que no reunía los méritos para ingresar por la puerta grande. Pero lo hizo. Hoy, con el uso de las "falditas", su nombre se suma al Big Ben y a Los Beatles como símbolos que refuerzan la identidad británica en el mundo.
Opuesta a ser sólo la niñita de pelo corto, rubio, engominado y con la raya a un lado, dijo: "Nada de lo que hice y de lo que vaya a hacer desde ahora logrará que me vuelva más famosa de lo que fui en los años sesenta, cuando era la muchachita de las pestañas grandes y las lentejuelas. Cuando tenga 85 años y la gente escuche mi nombre, esa será la imagen que cualquiera tendrá de inmediato acerca de mí".
Existen seis libros sobre ella, ha participado en una decena de películas y ha sido considerada estrella en más de veinte programas de televisión en Europa y Estados Unidos. Pero Twiggy, como ella misma lo sentenciara, no podrá desprenderse del efecto de aquel verano cuando entró al mundo del fashion. Pensaba que sólo sería una travesura infantil, porque sabía que no reunía los méritos para ingresar por la puerta grande. Pero lo hizo. Hoy, con el uso de las "falditas", su nombre se suma al Big Ben y a Los Beatles como símbolos que refuerzan la identidad británica en el mundo.
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